Camino a Roma
En situaciones límite la persona descubre su
esencia y su auténtico potencial. En esos momentos reflota lo bueno y lo
malo que tiene adentro. Y con toda la verdad afuera, en medio de ese remolino
de contradicción, florece su mejor versión.
Porque las historias más tristes de la vida son también
renacimientos. Su nobleza obliga a dejarse ser en la curiosidad y revelar así
pasiones nuevas para redefinir con ellas sentires y
conceptos.
De ahí la infinidad de palabras y pensamientos que hay por
descubrir; las racionalidades más diversas para indagar en los miles de versos
escritos durante miles de años que llevan al mismo lugar. Hacia el espacio que
se unifica entre vos, yo, el hermano del siglo pasado y la hija que voy a tener
mañana. El paradójico destino individual y compartido; indefinido, sabido al
fin.
Juli Biurrún
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