La exploración del ser
El auge de las terapias alternativas, el
crecimiento en lo cotidiano de personas con sensibilidades especiales que leen
a través de tu ojo, el consumo de plantas sagradas y frutos de la naturaleza
para elevar el estado del ser o sacarlo del status quo permanente, son algunas
de las aristas que proponen nuevos modos y anteponen la duda sobre los límites
de lo válido en la exploración del ser.
El encuentro con el lado oscuro de uno mismo,
el temor por lo desconocido y la incertidumbre sobre las alternativas de
reacción, son factores que restringen la búsqueda en los sectores más
escépticos y creyentes del no creer sin ver. Producto de la negativa a salirse
del hospedaje seguro donde duerme la comodidad, éstas preguntas viven como
tales y no buscan ni encuentran en su camino un señor acertijo que las resuelva.
En este terreno la sanidad y preparación mental
son fundamentales para cualquier proceso de exploración que se inicie. Es la
conciencia de saber que no somos todo esto que vemos y pensamos, sino que
nuestro espíritu carga una potencialidad que desconocemos y enraíza su brillo
en una matriz que nos trasciende sin ser inalcanzable.
El aceptar creer y asumirse creyente de lo que
se siente y traspasa lo que somos desde ayer hasta la puerta que se abra con la
muerte, resulta fundamental en este crecimiento. Es la base de la sabiduría que
radica en la bondad como disparador de todas las energías que circundarán
después.
Necesitamos autodescubrirnos y ser
redescubiertos para mirar desde adentro y eliminar todo tipo de acuerdos
heredados desde los que se volvieron duros y se olvidaron o resignaron a
buscar. Ésta camada necesita erigirse como guerrera de la luz, aunque suene
cursi pensarlo y más escribirlo, de una nueva ola que busca derramarse en sus
alrededores por saber que su hidráulica es el camino para el cambio.
En este proceso de descubrimiento los riesgos
valen más que los límites y los miedos inherentes. Y con esto no se apela a la
acción de inconsciencia lisa de tomar cualquier vía en el afán de seguir una tendencia
o explorar la más desconocida de las locuras; sino a la lucidez de sentir y
saber que somos más allá de nuestro horizonte para volvernos así, exploradores
de nuestra propia mente.
Hasta el próximo ataque zen.
Juli
Juli me gustan mucho las frases:
ResponderEliminar"Es la conciencia de saber que no somos todo esto que vemos y pensamos, sino que nuestro espíritu carga una potencialidad que desconocemos y enraíza su brillo en una matriz que nos trasciende sin ser inalcanzable".
Y también :"El aceptar creer y asumirse creyente de lo que se siente".
Y por último:"sino a la lucidez de sentir y saber que somos más allá de nuestro horizonte para volvernos así, exploradores de nuestra propia mente".
Esto que decís me gusta mucho porque yo estoy en mi propia busqueda, en mi umbral interior. Usando como única y quijotesca herramienta mi poesía, ella es el faro que me va guiando y redescubriendo mi más basto interior.
Un gusto leerte Juli