De rock y roles

Entrevista a Dulce Ironía

Mates, galletitas, ruta y sol. Así emprendimos camino hasta Fernández Oro, donde nos esperaban una entrevista y tres recitales. Entre banda y banda se hizo de noche y bajó el frío. En la mitad perdí un guante y, entre flashes y centellas, descubrimos que casi todas las mujeres del lugar habían sido devoradas en un ataque de hombres zombies.

Alrededor no había más que la ruta vacía y una única estación. Estábamos en las llamadas “globas del ferrocarril” donde casi todos los fines de semana suenan recitales de rock. Esa noche el escenario reunió a The Papers de Centenario, Cromosoma X de Neuquén y Dulce Ironía de Fernández Oro.


Sonaba la primera de estas bandas cuando nos escapamos con Rodrigo Troncoso y Nadia Escobar de Dulce Ironía hasta un recoveco silencioso del patio del salón. Ella es bajista y cantante, él violero y corista. Completan la formación Bruno en guitarra y coros, y Parche en batería.

Empezamos a charlar y automáticamente los conceptos de “rol social” y “banda de rock” se convirtieron en una misma cosa, ¿pero qué tienen que ver? Para Dulce Ironía hacer rock trasciende a lo netamente musical y los convierte en hacedores culturales con un fin específico: sembrar ideas y memoria a través de la música, “colmar de dulzura los corazones y destruir la ironía de los tiempos que corren”, según acusa su leyenda.

A diez años de la tragedia de Cromañón y tras el secuestro y asesinato de la adolescente de Fernández Oro, Otoño Uriarte (2006), a la movida cultural de la localidad se le cerraron más puertas de las pocas que ya tenía. “Como es un pueblo chico nunca hubo nada. Pero a nosotros nos despertaron mucho estos dos casos y nos dieron ganas de hacer más cosas, por eso nos empezamos a organizar”, contó Nadia.

Contemporáneamente a la desaparición de Otoño surgió la banda y con ella su ley motive. Su crecimiento estuvo acompañado por el trabajo conjunto con la Asociación Civil Agrupación Otoño, presente en cada recital y de aguante mutuamente incondicional. Es que “Parche”, el batero, era amigo de la joven y el resto la conocía porque frecuentaba los recitales y visitaba los ensayos.

Formaron el grupo Cultura Desde Abajo junto a los obreros de FaSinPat (Fábrica Sin Patrones, a punto de cumplir diez años de gestión obrera) y, con la participación de Las Manos de Filippi, produjeron el festival de rock más grande que se haya hecho en la localidad. En este recorrido y “militancia rockera”, el punto más alto fue cuando el año pasado compartieron escenario con los españoles de Ska-P. “Esto es para que no se pierdan los movimientos sociales y cuestiones que hoy están surgiendo en la sociedad. Luchamos por la no privatización de la cultura y por eso tratamos de generar todo el tiempo, para que no se vacíen los espacios”, explicó la cantante.


Pueblo chico, ¿infierno grande?

El vivir en un pueblo chico donde no haya muchos lugares de esparcimiento, ¿los llevó a involucrarse más íntimamente la música? Contrariamente a lo que se piensa, el tamaño no es proporcional a la calidad. “Acá no hay mucho movimiento pero hay muchos músicos y buenos, por eso fue que empezamos a juntarnos e integrar los espacios”, contó Rodrigo.

Punk rock de pura cepa. “Nosotros no trabajamos con la policía y tampoco pagamos impuestos a SADAIC. No trabajamos con policías porque si no pudieron cuidar a Otoño y no nos pueden cuidar en la calle, menos nos van a cuidar en un recital. Entonces no trabajamos con ellos ni lo vamos a hacer”, completó Nadia.

Desde el 2006 hasta ahora

Después de telonear a Ska-P, tocar en el Pre Cosquín, producir con Las Manos y compartir escenario con 2 Minutos y Cadena Perpetua entre otros, este año participaron del YPF Destino Rock. Fue un concurso a nivel nacional donde se presentaron más de 5400 bandas, entre las que Dulce Ironía llegó hasta la segunda preselección junto a 25 grupos. El gran jurado gran estuvo encabezado por Gustavo Santaolalla junto a los periodistas Alfredo Rosso, Marcelo Fernández Bittar y Claudio Kleiman. Participaron con el tema “Otoño” (en homenaje a Uriarte) y aunque no ganaron recibieron una mención especial.

Por estos días se encuentran en la dura tarea de juntar fondos para volver a instalarse en “La Toma Records”, estudio donde están grabando su primer disco. Con recitales y ventas domingueras de por medio, esperan recaudar lo necesario para concretar el proyecto antes de fin de año. Mientras tanto se puede escuchar un adelanto en su cuenta de SoundCloud  o en MySpace

¡Hasta la próxima!

Juliana D. Biurrún
Fotos de Andrea Jara

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