¡Fiesta, que fantástica, fantástica esta fiesta!


Fiesta Latinoamericana en Pirkas 

Esta noche de rocanrol fue el viernes 5 de agosto. Ya pasaron unos días, pero la nota estaba escrita y publicada en www.comahuerock.com.ar y ahora la comparto en mi blog.

Como su título lo dice, fue una gran fiesta, mucha energía y calor, mucho baile y bastante alcohol. Todo era buena onda, muchas risas y borrachines de por medio. Éramos como el gran pueblo latinoamericano, todos diferentes pero iguales. Esa noche nos movían las mismas cosas y las caras más maquilladas o los percheros de la Quinta Avenida se olvidaron en el porte de una fachada nocturna. En principio esperaba otro ambiente, algo más despojado, menos ojos súper delineados y peinados elaborados. Pero fue la primera impresión, todo pensamiento previo se fue sin que me diera cuenta. Es que nos habían recibido demasiado bien y había mucha buena onda como para detenerse en cualquier distracción superflua.

El lugar estaba lleno pero no explotaba y eso fue buenísimo. A nadie le gusta no poder caminar o que se le enganche la cartera entre la gente . La organización fue de lo mejor, todo el personal bien distribuido y uniformado con trajecitos negros que marcaban que estaban laburando pero de buenas como nosotros. Y a la prensa nos trataron deluxe como pocas veces.

Hacia la sección bandas, los cipoleños de Naturaleza Reina fueron los encargados de la inauguración de recitales a las 23:30. Con el agite súper loco que los acompaña siempre y garantiza una buena noche en cualquier lugar, dejaron el terreno preparado para DJ CH Respira de Buenos Aires a quien se le sumó DJ Oliváceo después de La Estafa Dub. Y en una aclaración aparte, los escenarios siempre son calurosos, no importa la cantidad de grados bajo cero que hagan afuera. ¡Pero los chicos de Naturaleza tocaron con el plus de la calefacción encendida dándoles en la nuca! Doble mérito para ellos que se bancaron la temperatura caribeña en el invierno patagónico y terminaron la presentación sin ningún desmayado, exagerando un poco claro está.  


Los 40 minutos de toque del DJ bonaerense dieron paso a La Estafa Dub. Con ellos el aguante de la gente ya es ni por intento discutido. Toda la pista saltó y bailó de las manos cuando sonaron los clásicos del repertorio estafador y algunos sumados hace poco, como la versión de “Loco de Amor” que grabaron para un compilado de Los Fabulosos Cadillacs y hermosísimo “Baby I love you” de los Ramones. Pero lo mejor fue que dejaron los clásicos más clásicos para el final, “Todo lo daría” de Todos tus muertos y “Cuándo” de Alberto Testa. Con esos sí que bailamos todos y hasta el más amargo movió los pies.

En el medio y de principio a fin, VJ Q-fa estuvo de lo más cool con proyecciones de mujeres ícono del cine y ojos empetrolados, que de a poco se desvanecían hasta distorsionarse por completo para convertirse en otra bella señorita. También se sumaron paisajes, elementos y representaciones extrañas monocromáticas y multicolores, siempre con efecto 3D y metamorfosis progresiva hacia otras formas.

Sonaba música medio electrónica en una fiesta latinoamericana mientras la conductora Catalina Gedamiska sorteaba pizzas y anunciaba dos por uno de cerveza. No ayudaron los baches de silencio o canciones muy bajas entre banda y banda que hicieron que en un momento la gente del sonido ponga a reproducir el disco de La Estafa. ¡Sí ya habían tocado hacía un rato! ¡Pará un poco, viejo! Pero no importó: su música ambientaba bien ese momento en que la fiesta era una re fiesta y estábamos todos así, de fiesta.

Era el turno de Lukumi y la espera se volvió medio extensa entre sorteo y sorteo. Sucede que varios de los ganadores no aparecían porque estaban vaya uno a saber dónde y hubo que repetir varias veces. ¡Pero la espera sí que valió la pena! Con su cancionero latinoamericano seguimos de fiesta y bailando, con buena energía por todos lados y amigos en cada rincón. Ya está escrito, el lugar no explotaba pero estaba casi todo el mundo. Fue sin dudas el segundo epicentro social del fin de semana – después del recital de Ciro – pero eso es otro palo.

Terminó Lukumi y la locución de Gedaminska mientras se preparaba la banda siguiente sorteó una sesión de depilación. Sí, para ellas y ellos. “¡Para los chicos que en verano se depilan la espalda!”, dijo entusiasmada y un montón de imágenes medio bizarras se nos dibujaron en la cabeza. Pero no importaba, estábamos de fiesta y a esa hora de la noche todo tenía rock.

Así llegó el turno de Grupo Almendra, conjunto de cumbia que terminó de cerrar la noche bien arriba. Ahí ya no importaba lo que sonaba porque todo era divertido. Y mientras escribo estas líneas recuerdo que LED también reversionó una de sus canciones a una mezcla de reggae con cumbia que sonaba muy bonito. Es que el género musical no importa cuando se toca bien y en ese sentido la música está más allá de cualquier etiqueta. Esta idea se aplica a todas las bandas de la noche, que la gastaron cada una arriba de las tablas y le dieron el marco ideal a una fiesta que alzó a Latinoamérica y sus caras más bonitas. Latinoamérica fue una fiesta, la fiesta de “un pueblo sin piernas pero que camina”, como dice la canción.

Cuando terminaron las bandas siguió el baile, para ese entonces ya nos habíamos olvidado de mirar el reloj. La reseña mental estaba completa y alegre, muy alegre.

¡Hasta la próxima!
Juliana D. Biurrún
Fotos de Paulo Tejeda

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