Adhikari, una banda que no tranza

Adhikari se prepara para festejar su 17 aniversario y planea con todo el lanzamiento de su tercer material de estudio, “Entre el caos y la tormenta mental”, con líder de Cabezones César Andino como invitado especial.

¿Dónde estabas por aquellos años, en 1994? ¿Ya escuchabas rocanrol? ¿Conocías a Jane’s Addiction o The Cure? ¿Habías nacido…? Eso seguro que sí.


 Hace casi dos décadas, por estos mismos pagos, un violero emprendedor y bastante decidido se embistió en el desafío poco fácil (o bastante, depende del ojo con que se mire) de vivir de y para la música. Aquellos primeros pasos se convertirían en la génesis de una de las bandas más longevas de la zona. Estamos hablando de Adhikari, formada por El Negro Brookyn como único integrante original (en voz y guitarra), su consanguíneo Bigo (bajo) y el nuevo hermano por “adopción” Martín “Puchi” o “Puchito” (batería) en alusión a la cantidad de puchos que se clavaba por día.

Diecisiete años es un tiempo considerable para un proyecto de este tipo. Docenas de bandas se parieron en la movida neuquina pero su estabilidad fue fluctuante y no muchas lograron mantenerse en camino. Es más, si buscamos alguna que continúe vigente desde esa época hasta hoy nos encontramos con apenas un puñado. Para Adhikari la historia fue parecida, su formación cambió muchas veces, estuvo un par de años inactiva y en el medio su fundador se armó otra banda por ahí. Pero el Negro volvió… acaso siempre se vuelve al primer amor.

Según lo contado por ellos, con la composición actual encontraron el equilibrio espiritual y grupal que necesitaban para darle fortaleza al proyecto, independientemente de que las variaciones pasadas fueron impresas en cada una de sus producciones. "Todos los discos de Adhikari tuvieron el concepto del grupo humano que había en su momento. Lo que pasó en este disco fue que con Puchi pegamos onda. Nosotros somos hermanos y compartimos un montón de cosas en cuanto a gustos musicales, sentimientos, amigos. Esta mutación, maduración o simplemente hallazgo personal y compartido fue el sello que marcó las diferentes etapas de la banda. Pero cuando entró Puchi fue como que sentimos que teníamos un hermano más”, contó Brooklyn mientras reflexionaba sobre los cambios cualitativos en el último tiempo.

La conexión con Martín se remota a finales de los ‘90, principios del ‘00, cuando siendo un reciente adolescente ya era habitué de los recitales. Cuentan los viejos rockeros y amigos de hoy que siempre se cruzaban al loco re jovencito en los conciertos. Era el mismísimo Puchito, que flasheaba cuando veía a Adhikari y la gente prendida fuego con ellos. Las vueltas de la vida le cumplieron el sueño del pibe y hoy está sobre ese escenario con el que alucinaba tiempo atrás. Por su parte, Bigo tenía apenas seis años cuando los escuchó por primera vez.

Con respecto a las raíces de su música (siempre temas propios y muy poquísimas veces alguna versión), las influencias de los integrantes responden a una ensalada musical en la que se puede encontrar cualquier verdura. Desde los ’80 y pasando por los ’90, con bandas referenciales como Pixies y The Cure, Nirvana y Janes Addiction, Sonic Youth y Babasónicos. Todas tan variadas como aunables en ese sonido que los Adhikari autodenominaron "rock sónico".
           
Un poco de historia
Dedicarle tantos años y tiempo a algo implica casi inexcusablemente el aumento del haber en alguna cuenta, entiéndase por esto la inasistencia a alguna fiesta familiar, el distanciamiento de algunas personas, el encerramiento en el mismísimo mundo personal y grupal. ¿Quién conoce la cantidad de pequeñas grandes cosas a las que, en este caso un músico, puede renunciar día a día para mantenerse fiel a su laburo? Sólo quien haya intimidado con alguna cepa del rocanrol y en el rol que fuere. Pero esa presunta carga negativa automáticamente se traduce en ganancias desde otro sentido: Valores, convicciones y la satisfacción de terminar cada día sabiendo que estás en el lugar correcto.


"Esto es mucho laburo. Es hacer lo que nos gusta y no pedir nada a cambio ni tranzar con nadie. A pesar de que nos han salido cosas para laburar de otras que no nos gustan, nunca aceptamos. A nosotros en este momento nos sale una fecha en Córdoba y nos vamos. Laburamos de esto y vivimos de esto, de la música y lo que hacemos con los músicos. Siempre estamos relacionados con el arte", explicó Brooklyn.

Y la historia salida de su boca recuerda lo siguiente: "Empezamos a tocar en los 90's y en esa época no había producción de shows. Hoy vas a ver a una banda y tiene bocha de luces, hasta cabezas móviles. Entonces el concepto nuestro era como meterte en otro estado cuando ibas a ver un show. Por ejemplo ibas a un recital y de repente empezabas a ver el mango de una guitarra, un bajo o unos palillos iluminados con un led. Eran unas cositas chinas que conseguíamos que iluminaban el mástil, entonces cuando aparecían las luces veías a cuatro locos en el escenario disfrazados de Caballeros del Zodíaco". (Nota de autora: ¡Zarpados dibujitos!).

Su primer disco fue "El estado del ser", editado en 1998 y grabado en Santiago de Chile. Nueve años después, en 2007, lanzaron su segundo trabajo de estudio "Resplandece", con un concepto más íntimo y minimalista en el que los juegos con los planos sonoros se convirtieron en su constante. "Si escuchás ese disco se te quedan en la cabeza los ruidos que tiene", contó el Negro. Ambos materiales están agotados y a la espera de una próxima reedición.

Mientras tanto, se preparan para lanzar en septiembre de este año su tercera producción, titulada "Entre el caos y la tormenta mental", material que sufrió desafortunadas peripecias y obligó a los Adhikari a plantarse en el estudio y transformar las reuniones de grabación en maratones eternas. Sucede que un amigo de lo ajeno se afanó la computadora del Negro con todas las sesiones de Pro Tools (programa de grabación) y dejaron a los muchachos en bolas con su laburo. Y sí, tuvieron que arrancar de cero y sin chistar.

El trabajo resume canciones de autoría de la banda y cuenta con la participación especial del líder de Cabezones, Cesar Andino, en el tema "Escúchame". "El disco es el reflejo de un montón de sensaciones que vinieron surgiendo desde hace dos años hasta ahora. Cuando entramos a grabar la primera vez fue otra cosa, pero cuando caímos acá, en nuestra sala (Machina Records, estudio de grabación y sala de ensayo), nos encontramos con que era todo un mundo diferente y eso contribuyó a que se diera una conexión natural entre nosotros. Por eso salió tan natural como salió. Después de haber hecho una preproducción importante mucho tiempo atrás este era el momento y el lugar para hacerlo definitivo”, contó Puchito.

Y ese proceso fue un caos y tormenta mental en sentido literal. Según lo que ellos contaron, fueron dos meses de infierno en los que fotos testigo muestran agite de domingo a domingo. "Eran bardos, trasnochar, empezar una sesión a las dos de la tarde y terminar al otro día a las diez de la mañana", recordó Bigo. Pero durante la tormenta, en un paréntesis de calma, alguno de los integrantes tuvo un "rapto de conciencia" y se lo comunicó al resto. Acto seguido, nuevos razonamientos y replanteo de situación: era necesario bajar un cambio. Entonces bastante preciso resultó ser el nombre del disco, tanto que durante su proceso de gestación se vivieron auténticas "jornadas de rocanrol".


Old school never die
Desde el año pasado Adhikari viene organizando los festivales Life Style, título que resume en una noche algunos pilares de la cultura del grupo: El rock, el skate y el tatoo. La edición anterior fue en septiembre de 2010 y contó con la participación de Amor Fizz, Mitosis y Ruido Explícito. Recordando esa fecha, mientras las bandas rompían con todas las distorsiones juntas, a su alrededor un grupo de artistas dibujaba sobre pizarras y los skaters se asomaban con sus patinetas para completar la jungla del salón.

Algo así se espera para esta tercera edición a realizarse el sábado 23 de julio en Teatro del Viento (Juan B. Justo 684), con el agregado de que será la gran noche gran en la que la banda festejará la cúspide de su adolescencia, los 17 años desde aquel 1994 en que el Negro se colgó su modelo Les Paul y sintetizó en Adhikari una conciencia sobre el estado del ser.      

¡Hasta la próxima!

Juliana D. Biurrún
Fotos de Magdalena Azcazuri
Para www.comahuerock.com.ar

Comentarios

  1. yo los recuerdo cuando compratia sus ensayos en parque con el negro, tincho, tucan y tucho laverdad muy buenos recuerdos de esa epoca

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